Tú que fuiste niño como yo,
te doy mi corazón todo entero,
llénalo de tus virtudes
y enséñame a imitarte.
Yo quiero seguir siempre mejor tus ejemplos
con la ayuda de la Virgen,
tu dulce Madre y Madre mía.
Yo quiero crecer en la virtud
como crezco en edad. Asi sea.
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